Marcha por la legalizacion de la Marihuana
Millones
de personas se reúnen para celebrar el día internacional de la
marihuana y fumar porros de cannabis de manera sincronizada; 4-20 el
código de la ganja
* Para celebrar el Día Mundial de la Marihuana (4:20) te compartimos 5 buenos argumentos para promover su legalización
El planeta se sincroniza sobre la faz de una planta para celebrar el
Día Mundial de la Marihuana y todo es un poco más lento y amigable.
Millones de aficionados al cannabis se reúnen a fumar, con especial
placer, porros, gallos, canutos, marleys, toques, fasos, joints… y a
producir todo tipo de parafernalia en torno a esta milenaria hierba
mientras comparten confusas e irrelevantes anécdotas en una colorida y
psicodélica celebración que les permite llegar tarde a todos su
compromisos con ojos rojos llenos de una alegría flotante.
Desde hace tres o cuatro décadas –como es apropiado, la fecha es difusa
y el tiempo se hace humo- el 420 se ha convertido en un legendario
código que alude a fumarse un porro por la tarde (el otro té). El origen
de esta celebración contracultural radica en un grupo de estudiantes de
preparatoria (conocidos como “Los Waldos“) de San Rafael, California,
que tomaran la costumbre de reunirse todos los días después de clases a
las 4:20 de la tarde para fumar marihuana a un lado de la estatua de
Louis Pasteur. La hora coincide con la hora a la que terminaba el
periódo de detención con el que se penaliza a los estudiantes
indisciplinados, una práctica muy común en el sistema escolar de Estados
Unidos.
Y a pesar de que seguramente la mayoría llegaba tarde a la
cita, honrando la flexibilidad temporal de los fumadores de marihuana,
este ritual habría de trascender a este grupo de risueños estudiantes
para convertirse en el código mundial de la marihuana.
Como dato aleatorio de sincromística marihuanera, e
También hoy la revista más popular dedicada a la marihuana y a los
estupefacientes, High Times, celebra su fiesta en Nueva York, a la cual
generalmente tienen acceso sólo 420 personas y en la que se anunciará a
la chica High Times o Miss Marihuana 2013. Las características que debe
de reunir la ganadora son “ser increíblemente linda y fumar mucha, pero
mucha marihuana”, además, las participantes serán evaluadas en su
conocimiento de las propuestas en favor de la legalización y se buscará
chicas que “quieran llevar las cosas a un nivel más alto”. Este año
también se premiara a Mr. High Times.
Otros epicentros de los festejos se encuentran en Amsterdam, Nueva Zelanda, Vancouver, Boulder y San Rafael.
Como parte de esta celebración queremos compartir una serie de
propuestas orientadas a mitigar la nefasta influencia del narco y
aumentar la libertad de los psiconautas, así como información que hace
patente que es absurdo prohibir esta milenaria planta:
Plantela
usted mismo… iniciativa en Uruguay promueve que consumidores planten su
propio cannabis y se independicen del crimen organizado
¿Por qué es ilegal la marihuana? (Historia de la criminalización de una planta)
Probablemente tu eres una de las miles de personas que seguimos
preguntándonos el por qué de la prohibición de la marihuana. Más allá de
lo ridículo que resulta, si se mira objetivamente, el que los sistemas
gubernamentales se hayan auto-asignado el poder de prohibir nuestra
interacción con una planta, lo cierto es que si nos remitimos a los
efectos de la cannabis en la salud física y social, la interrogante se
vuelve aún más notable.
¿Por qué es ilegal consumir marihuana
si múltiples estudios han confirmado que sus efectos son menos dañinos
que los del consumo de tabaco para el organismo humano, y que sus
consecuencias sociales son notablemente menos negativas que las del
consumo de alcohol? ¿Por qué se prohíbe el cultivo de esta planta si
esta comprobado que puede aportar múltiples beneficios desde un plano
medicinal, hasta la manufactura de productos imprescindibles como el
papel, la ropa, o incluso proveer de elementos necesarios para la
construcción y la gastronomía?
A continuación repasemos algunos
datos históricos que ponen en evidencia el valor que otorgaban las
sociedades a esta planta previo a su prohibición. La mayoría de estos
datos, que corresponden a Estados Unidos ya que este país fue el
principal promotor de su prohibición a nivel mundial, pueden verificarse
a través de fuentes de conocimiento tradicionalmente legitimadas como
la Enciclopedia Británica, la cual por cierto durante 150 años fue
impresa en papel de cáñamo:
- Todos los libros de texto escolares, en Estados Unidos, estaban impresos en papel de cañamo hasta 1830.
- Los primeros mapas, biblias, e incluso la constitución estadounidense fueron impresas con papel de cáñamo.
- En algunos estados el país era obligatorio el cultivo de cannabis en
los siglos 16 y 17 debido a los enormes beneficios que esta planta
implicaba como materia prima.
- El cáñamo fue fundamental para
la navegación durante siglos ya que el 90% de las cuerdas que se
utilizaban en esta práctica eran elaboradas con este material.
- Previo a la introducción del algodón en 1820, el 80% de la ropa y telas en general eran elaboradas a partir de esta planta.
- Los primeros registros de cultivo de cáñamo datan de hace por lo menos cinco mil años en la antigua China.
- La mayoría de las obras de Rembrandt, Van Gogh, Monet, y muchos otros, se pintaron sobre canvas hechos a base de cáñamo.
En 1916 el Departamento de Agricultura de EUA predijo que para 1940
todos los libros serían impresos en cáñamo lo cual implicaría que no se
tendrían que talar más árboles.
Esta confirmado que una
hectárea cultivada con cáñamo produce 4 veces más papel que el mismo
área plantado con árboles, y que el proceso de extracción requiere de
entre 4 y 7 veces menor esfuerzo en maquinaria lo cual se traduce a su
vez en menor contaminación.
Algunas de las pinturas y barnices de mayor calidad eran elaboradas a partir de la semilla de la cannabis hasta 1930.
Henry Ford, fundador de la armadora de coches del mismo nombre,
construyó su primero modelo de automóvil utilizando cáñamo como
principal materia prima y estaba diseñado para operar con combustible
también generado a partir de esta planta.
Criminalización
La criminalización de la marihuana en Estados Unidos tuvo sus primeros
antecedentes en 1906, en el Distrito de Columbia, con la primer
regulación en torno al cultivo de esta planta. Posteriormente siguieron
Massachusetts (1911), Nueva York (1914) y Maine (1914). Mientras que en
1913 California pasó la primera ley de prohibición de marihuana y
Wyoming (1915), Texas (1919), Iowa (1923), Nevada (1923), Oregon (1923),
Washington (1923), Arkansas (1923), y Nebraska (1927) le siguieron. Ya
en 1932 se creó el Uniform State Narcotic Act para invitar a los
gobiernos estatales a que se unieran, sin excepción, a esta campaña
nacional por criminalizar o al menos regular el uso de marihuana.
Cuatro años después, en 1936, durante la Convention for the Suppression
of the Illicit Traffic in Dangerous Drugs llevada a cabo en Ginebra,
Estados Unidos promovió ante el resto del mundo, a través de su Federal
Bureau of Narcotics, un tratado de criminalización de cualquier
actividad relacionada a la marihuana, la coca, y el opio (incluidas su
cultivo, producción, manufacturación, y distribución) con excepción de
contextos médicos y científicos. El Artículo 2 de esta convención
invitaba a todos los firmantes a castigar severamente, en particular con
penas que implicaran la privación de la libertad, a toda aquella
persona que se involucrara con estas actividades neo ilícitas. Sin
embargo, muchos países presentes se negaron a suscribir ciertos
apartados del tratado y estados Unidos, principal promotor de la
convención, se negó a firmar alegando la flaqueza del resto de las
naciones sobretodo en asuntos relacionados a la extradición y la
confiscación de bienes ligados al tráfico de drogas.
Al
analizar la historia se puede percibir como un gesto bastante raro,
incluso esquizofrénico, la transformación de posición estadounidense
frente a la marihuana. Súbitamente Estados Unidos pasó de vivir un
romance idílico con la cannabis, a promover enérgicamente su
prohibición, castigo, y cuasi satanización. Sin duda existe un eslabón
perdido que no aparece en la historia oficial y que tiene que ver con la
presión de las corporaciones (esas abstractas y todopoderosas entidades
que hoy controlan buena parte del planeta y que ya a principios del
siglo XX comenzaban a consolidarse como una fuerza aún más influyente
que el propio gobierno).
Corporaciones VS Cannabis
Como podemos ver la cannabis es una planta flexible, multifacética, y
con diversas cualidades. A partir de ella se pueden generar desde
combustibles y aceites comestibles, hasta ropa y todo tipo de telas,
pasando por cuerdas y, por supuesto, papel. Sin embargo, precisamente
estas bondades de la planta eran las que más incomodaban a las
corporaciones que estaban monetizando frenéticamente mercados como el
del abastecimiento de papel industrial, el algodón, y los hidrocarburos.
Al parecer, en un principio fueron principalmente dos corporaciones las
que se volcaron por completo para promover la prohibición de esta
planta: DuPont y la Hearst Company (propiedad de William Randolph Hearst
en quien se inspiró el film de Citizen Kane).
El banquero
Andrew Mellon, quien se convirtió en el tesorero del gobierno del
presidente Hoover, era uno de los principales inversionistas de DuPont,
actualmente una de las mayores corporaciones del mundo y que en la época
de 1920 a 1940 estaba consolidándose en el negocio de los petroquímicos
y de los polímeros. Para ambas ramas de mercado el cannabis resultaba
una seria amenaza pues de esta planta podían derivarse tanto fibras
naturales que redujeran el consumo de nylon, uno de los productos clave
de DuPont en esos años, como de combustible vegetal que amenazaba su
apuesta por los hidrocarburos. En este sentido DuPont tenía claro que
una de las premisas de su estrategia de mercado tenía que anular la
presencia del cáñamo. Siendo Secretario del Tesoro Mellon influyó para
que su sobrino Harry J. Anslinger fuese nombrado en 1930 como el primer
comisionado Federal Bureau of Narcotics. Y a pesar de que el cabildeo en
contra de la cannabis ya llevaba poco más de dos décadas lo cierto es
que no fue hasta que Anslinger llegó al FBN cuando la verdadera guerra
comenzó.
Por otro lado, la otra industria que se sentía
gravemente amenazada por la presencia del cáñamo era la papelera. La
Hearst Company controlaba buena parte de la producción de papel e
incluso era el principal proveedor del área de productos de papel de la
hoy multinacional Kimberly Clark. Hearst, un despiadado hombre de
negocios no tardó en darse cuenta, al igual que DuPont, de la necesidad
de eliminar al cáñamo del mercado y junto con otros empresarios
presionaron al gobierno, a través del FBN para que se criminalizara por
completo el cultivo de esta planta. Incluso Hearst, el legendario
magnate de los medios impresos, puso a disposición su ejército de
diarios para promover una campaña cultural en contra de la cannabis y
como parte de esta iniciativa se adoptó por primera vez el nombre de
marihuana, una palabra con fonética recordable, breve, y precisa para
designar a esta ahora diabólica planta (por cierto un término que hasta
entonces era solamente utilizado en el argot popular de México).
Otro actor que desempeñó un papel fundamental en este proceso fue la ya
entonces consolidada industria del tabaco. En esa época la cultura
americana ya había adoptado integralmente el consumo cotidiano de
cigarrillos. Sin embargo, las grandes tabacaleras habían comprobado que
el consumo de tabaco entre la población que fumaba cannabis era menor
que en aquellos que solo consumían su producto. Por otro lado los
fumadores de esta planta jamás de someterían a un mercado industrial ya
que era relativamente fácil cultivarla caseramente y autoabastecer su
consumo personal sin recurrir a una marca industrial. Por el contrario,
la siembra de tacabo era mucho más compleja y requería de una extensión
de tierra suficiente para cultivarse y no solo de un par de macetas.
Tomando en cuenta esto, y ante el poco futuro comercial que se percibía
en el rubro del cannabis, las grandes tabacaleras no dudaron en apoyar
la cruzada en contra de la marihuana.
Finalmente no podemos
dejar de mencionar a la siempre oscura industria farmacéutica, conocida
como el Big Pharma, y que consciente de las propiedades medicinales que
la marihuana ofrecía a la población también la percibió como una amenaza
contra sus intereses comerciales. Se tienen confirmados múltiples
beneficios médicos que contiene la cannabis, entre ellos el combate al
glaucoma, el ayudar a la prevención de Alzheimer, y reducir el dolor del
síndrome pre menstrual entre las mujeres, por mencionar solo algunos.
Contra todos estos males el Big Pharma ha desarrollado medicamentos
sintéticos que en muchos casos han probado ser menos efectivos, o al
menos mucho más costosos que tratarlos con marihuana. De hecho esta
misma postura de las farmacéuticas alude a un fenómeno actual con la
campaña que busca volver ilegal el uso de plantas medicinales en Europa
como sustituto de medicamentos.
Aunque no ha sido comprobado,
se dice que Anslinger se reunión con algunos de los más poderosos
empresarios del momento, entre ellos obviamente representantes de las
tabacaleras, DuPont y el propio W.R. Hearst, para pactar una guerra
frontal contra la marihuana y diseñar una campaña mediática que
imprimiera el imaginario colectivo con una nueva idea: la marihuana es
una planta nociva para la salud y para la sociedad, y su consumo,
cultivo y distribución debe ser tenazmente descalificado, denunciado, y
perseguido.
A continuación se instauró una de las mayores
cruzadas de manipulación mediática en la historia. Decenas de diarios se
empeñaron en desatacar los “horrores” de la marihuana y la población
aprendió que esta planta era responsable directo de todo tipo de sucesos
negativos, desde asesinatos y accidentes Automovilísticos, hasta la
pérdida de moral. El cine mainstream también se unió a la campaña con
Films como ‘Reefer Madness’ (1936), ‘Marihuana: Assassin of Youth’
(1935) and ‘Marihuana: The Devil’s Weed’ (1936), todas ellas promoviendo
la satanización de la marihuana y, aunque lo hacían de una manera que
hoy nos parece cómica o altamente caricaturesca, lo cierto es que fue
una movida bastante eficiente para generar una percepción profundamente
negativa entre la población. Básicamente el discurso giraba en torno a
conceptos bastante rudimentarios pero que para la sociedad de ese
momento fueron más que suficientes: “un narcótico violento”, “efectos
multi-destructivos”, “un enemigo público”, etc…
Nuestros días
Poco tiempo tomó que la movilización mediática en Estados Unidos en
contra de la cannabis comenzara a impactar a la población de otros
países. Y esto, sumado a la dominante influencia política de EUA en el
escenario internacional, derivó en que eventualmente la gran mayoría de
los países fueron adoptando medidas y discursos similares. Con el tiempo
la legislación anti-marihuana fue sofisticándose y endureciéndose,
hasta nuestros días. Actualmente, si bien es ya prácticamente imposible
convencer a una persona con los primitivos argumentos sobre los que
originalmente se fundó la campaña de desprestigio contra la ganja, lo
cierto es que el marco legal ha sido afinado para obstaculizar la
posibilidad de legalizarla y también la propaganda ha sido “refinada”
pero en ningún momento ha cesado (basta recordar las pasadas votaciones
en California donde incluso en contra de todos los pronósticos no se
logró legalizar)
Pero también con el tiempo se sumo un nuevo
personaje a las lúgubres agendas detrás de la criminalización de la
marihuana: la enorme cantidad de dinero generada a través del
narcotráfico. Y sin ir tan lejos como considerar algunas teorías que
afirman que detrás de este mercado a fin de cuentas se encuentra una
monumental red de lavado de dinero orquestada a partir de instituciones
como la CIA o el vaticano, lo cierto es que en un sistema completamente
volcado al mercado, en donde la conveniente o nociva naturaleza de un
fenómeno social o medioambiental se mide exclusivamente a partir de un
criterio financiero, resulta objetivamente obvio que el gran mercado de
drogas alrededor del mundo a fin de cuentas no debe de molestar a los
principales promotores de este sistema: gobiernos, corporaciones, e
instituciones religiosas.
Las radiografías históricas en torno a
la criminalización e la marihuana, como la que acabas de leer, tal vez
no contribuirán significativamente a que se rediseñe la posición legal
frente a esta planta, pero al menos si favorecen el equilibrio en la
percepción cultural que hemos forjado a través de lo que nos enseñan en
la escuela, en las cínicas campañas anti-drogas, y en las películas
mainstream. Y en todo caso, la próxima vez que te cuestiones cómo es
posible que la marihuana sea ilegal, tu pregunta ya no quedará sin
respuesta.
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